PÁDRES DE ARGENTINA MOTIVADOS POR EL AUTISMO


domingo, 2 de diciembre de 2012

¿Por qué ayudar?


¿Cuál es la motivación que impulsa a una persona a la colaboración, por ejemplo,
con una ONG?
Existen motivaciones muy variadas. Por ejemplo un motivo frecuente consiste en el
deseo de canalizar un sentimiento de compasión y servicio hacia otros. Otras veces,
por el contrario, el móvil señala sentimientos de culpa por el alto nivel de vida y
bienestar que se disfruta mientras otros menos favorecidos no pueden ni soñarlo. En
ocasiones, lo que mueve es una creencia de que si ayudamos a otros, la Vida estará
en deuda con nosotros y nos lo recompensará. A menudo, se pretende satisfacer
simplemente un sentimiento que demanda compartir la propia alegría de vivir,
haciéndola brotar en los que parecen estar tristes y necesitados. El Voluntariado
organizado, a veces moviliza personas que desean sentirse reconocidas y valorada
por algún Ministerio de Hacienda que todo lo ve desde el Cosmos. En otras
ocasiones, nos estamos asegurando algún tipo de protección por aquello de que
“recogemos lo que sembramos”.
Tanto de una forma como de otra, el hecho de servir y hacer el bien a los demás,
aporta sentido a nuestra vida y la dota de insospechada energía positiva de retorno.
No habrás vivido un día perfecto aunque te hayas ganado un sueldo, si no has hecho algo por
alguien que nunca será capaz de devolvértelo.
Rutz Smelter
Cuando una persona percibe que “el otro” sufre, puede sentir una fuerte motivación
para ofrecer aquello que realmente puede ayudarle, y esto no es otra cosa que
“aprender a no sufrir”. Si se profundiza sobre la naturaleza del sufrimiento se llega a
la conclusión de que éste es resultado de una opción que se deriva de programas
mentales que lo activan.
La botella siempre estará esperando que uno elija si está “medio llena” o “medio
vacía”. En este sentido, tanto el estado de frustración como su opuesto de alegría y
gratitud, es finalmente el resultado de una íntima opción.
Por ejemplo, si lo que nos hace sufrir es entendido, transformado y aceptado, se
puede convertir en un alentador episodio de cambio y crecimiento.
El sufrimiento es diferente del dolor, mientras que éste es físico y asimismo es
natural, el sufrimiento por el contrario, tiene connotaciones mentales que alcanzan
nuestra memoria y que conllevan implícito atribución de significados e
interpretaciones. Aprender a no sufrir es algo que pertenece a nuestro íntimo
desarrollo personal como seres independientes y conscientes. Tal opción, tarde o
temprano, debe ser asumida y resuelta en el puro ámbito de la propia
responsabilidad.
Con el verdadero maestro, el discípulo aprende a aprender, no a recordar y obedecer. La compañía
del alma noble no moldea, sino que libera.
Nisargadatta
En realidad, cuando uno quiere canalizar eficazmente su vocación de servicio, busca
la manera de transmitir lo que sabe para que la persona que padece, aprenda a
gestionar por sí misma el alivio que necesita, aunque precise de todas las ayudas que
sepa demandar.
Aportar una “caña de pescar”, en vez de un repetitivo pescado cada día, al que carece
de comida es una forma de hacer libre al necesitado de la presencia y dependencia
del benefactor. Tal vez, la verdadera generosidad esté en ofrecer el conocimiento
completo y la motivación necesaria para que el otro pueda acceder al desarrollo y a
la libertad por sí mismo.
Los grandes pilares del dolor humano como lo puedan ser el hambre, la enfermedad y
la violencia, pueden resolverse operando sobre la ignorancia como matriz de todos
ellos y posibilitando un desarrollo integral.
A menudo, las personas más sensibles desean trascenderse en el egoísmo cotidiano
en el que se ven inmersas y proceder a “hacer el bien” sin saber exactamente cómo
hacerlo. Son personas que algún día piensan ir a la India o a Nicaragua a ayudar en
organizaciones como la de la Madre Teresa o bien retirarse de la selva urbana en la
que viven y dedicarse a cuidar animales abandonados.
El mayor de todos los errores estriba en no hacer nada porque sólo puedes hacer poco.
Sydney Smith
El Voluntariado es un buen medio para apoyar a los menos favorecidos, sin embargo
conviene también centrarse en los más próximos al entorno de cada cual. Cada
persona que nos rodea, tal vez  es más susceptible de nuestra ayuda que los indios
que podamos conocer en una ONG a la que, muchas veces, nuestro “desplazamiento
salvador” tiene más de “vacaciones evasivas” que de servicio eficaz a los que
necesitan.
Visitar países de la mano de una gran organización humanitaria es estupendo ya que
uno toma consciencia de las circunstancias de otros mundos y no sólo, puede
ayudarse a sí mismo, sino que también, en muchos casos, puede que se ayude algo a
los demás. Y esto está muy bien cuando no se olvida que la verdadera ayuda que uno
puede dar está en su propia preparación como persona y en su constante atención
para despertar del automatismo y la reactividad.
Lo mejor que puedes hacer por los demás es ser feliz.
Canto Indio
El mejor servicio que podemos dar a los demás es lograr vivirnos en una mente feliz
y compasiva. Si abrimos nuestras puertas internas de la alegría esencial y vivimos
motivados hacia nuestros objetivos, nuestra emanación natural será un regalo para
todos los próximos que nos rodeen.

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