PÁDRES DE ARGENTINA MOTIVADOS POR EL AUTISMO


jueves, 23 de febrero de 2012

El playroom de Franco

Por Viviana Gabriele
El playroom de Franco ha pasado por diferentes mutaciones. Recuerdo que antes de viajar, estaba tan ansiosa, que escribí a algunas familias que sabía estaban haciendo el programa en otros países y les pregunté como había que hacerlo. Así fue que, cuando en agosto del 2009 regresé del Star Up, el playroom estaba casi terminado. Sin embargo se puede decir que Franco lo empezó a usar sistemáticamente unos meses después.
Estoy agradecida de que esta casa donde vinimos a alquilar para diciembre del 2008 contaba con un lavadero amplio, lo que nos permitió destinar ese espacio.  Conseguimos que nos donaran el piso, personas que ni nos conocían, un primo de mi pareja nos ayudó con el machimbre y la hermana y el cuñado vinieron a pintarlo. El papá de Franco se hizo cargo de la ventana de observación, que es una ventana donde podemos observarlo y él no nos ve. Mis amigas me trajeron un montón de libros de los que Franco en ese entonces estaba tan motivado, y pronto el espacio estaba listo. Siempre uno tiene lo que tiene. Nosotros pudimos armar el playroom allí y tiene la ventaja de estar un poco alejado de la casa, hay un patio de por medio, lo que hace que Franco no se distraiga con los movimientos habituales que suceden en el hogar. Pero a la vez tiene la desventaja de estar lejos del baño, lo que hace que tengamos bastantes “interrupciones” por así decirlo, cuando necesita ir, y otras veces es la excusa perfecta para enterarse de lo que está pasando dentro de la casa.
Las motivaciones de Franco fueron cambiando por lo que los objetos del play también fueron remplazados. Tuvimos una bicicleta fija, una hamaca, el saltarín, en una época llevamos agua al play, palanganas, muchos trapos y jarritos para que jugara con eso. Después vino la plasticola! Para eso agregamos dos planchas de durlok en las paredes para que pudiera desplegar todo su “arte” sin sufrir después para limpiarlo. Tuvimos la etapa de la tijera, donde recortaba de todo así que llevamos revistas de todo tipo, cartones, plásticos blandos. Y los clásicos que todavía persisten, las burbujas, los instrumentos de música, entre ellos su favorita la guitarra, las tapitas de gaseosa, los libros.
Tuvimos muchas roturas, la guitarra, el espejo, el saltarín que ya no resistió el peso. Pero mas allá de los “daños” me parece tan interesante ver como disfruta intensamente de cada objeto. Literalmente “los gasta”. Los libros tienen las páginas roídas de tanto pasarlas, cada objeto es experimentado en toda su plenitud, siempre que sea de su motivación. Probamos ingresar otros objetos todo el tiempo, cochecitos, muñecos, disfraces, masas, pelota, globos,  y si bien persistimos, él decide que es lo que le gusta, porque en el play, él tiene el control.
Dentro del play se respira armonía. Hoy por hoy cuando quiero estar sola, a la noche, o meditar, es el lugar que elijo. El play es el lugar que limpio primero de la casa, el único lugar que tiene aire acondicionado. Porque considero que este es el lugar más importante de la casa hoy. En algún momento no lo sentí así. Tuve miedo de todo lo que estaba emprendiendo y el play era la prueba tangible del desafío que había tomado. Sobre todo cuando Franco al principio no quería entrar, lo miraba y me daba algo de rabia, pensaba: tanto lío, tanto despliegue y si esto o funciona? Hoy puedo decir que sí funciona. Funciona no por los resultados, sino porque es la mejor manera de vivir, para todos nosotros.


Fundación P.A.M.P.A. - Padres de Argentina Motivados por el Autismo
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